Terapia de Aceptación y Olvido
artículo redactado por Juan Manuel Gallardo ✩
En psicología una de las terapias por excelencia que entraron en las terapias de tercera generación es la denominada Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), consistente resumidamente en aceptar que el sufrimiento forma parte de la vida y que a veces los valores nos vienen dados por el contexto sociocultural sobre lo que está bien y lo que está mal, lo cual por descontado, suele ser muy útil en personas que padezcan rigidez mental o en el contexto supuesto donde una persona no se pueda desarrollar como quisiera como consecuencia de que su entorno no termina de aceptar el estilo de vida que quisiera llevar, adoleciendo entonces un supuesto patrón de evitación experiencial.
El empleo de la Terapia de Aceptación y Compromiso, tiene unos pilares contextualistas y funcionales.
¿Pero por qué tanta obligación de aceptar lo que no nos gusta...? La premisa de "lo que no aceptas te somete", puede ser algo hilarante en algunos casos, sometiendo al paciente a un susodicho sinfín de acontecimientos que no sólo tienen que ser percibidos por el paciente como angustiosos sino que también pueden ser desfavorables y pocos productivos... De aquí yace lo que denomino una variante de la ACT, la Terapia de Aceptación y Olvido (TAO), consistente en que el paciente tenga la oportunidad de olvidar aquello que le está generando sufrimiento, en lugar de tener que aceptarlo y convivir con algo que no le gusta como único remedio definitivo, evidentemente la TAO no puede ser empleada en cualquier paciente y en cualquier problemática, puesto que hay ciertas y evidentes limitaciones.
Con esta terapia podemos granjear que el paciente pueda llevar una vida estable, olvidándose de aquello que le genera sufrimiento, como una especie de "parche", así puede desarrollarse de una forma muy favorable en el entorno consiguiendo los objetivos vitales que él mismo establezca. La latencia es baja y el margen de comportamiento reactivo a la hora de tratar el tema es notablemente baja debido a que el paciente lo vive como algo "olvidado".
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