Cuántas veces en los niños pequeños podemos ver esos característicos insultos, que se dicen con la finalidad de aplacar a alguien como de demostrar una superioridad que no se tiene y es que los niños pueden llegar a ser muy hirientes, personalmente siempre he pensado que una mayoría de los típicos "abusones del colegio" realmente cuando increpan reiteradamente a alguien lo que están haciendo es proyectar sus inseguridades y carencias en la víctima y al hacerlo es como que piensan "como soy superior a ti puedo reírme de ti y si es con más personas mejor". Pero, ¿qué pasa cuando esto no sucede en niños? Pues que pueden darse situaciones realmente tensas y que no todo el mundo puede defenderse por varias causas, como típicamente quedarse bloqueado por la angustia que ha generado la situación.
🚫Lo que debes evitar:
No insultar ni agredir, sino te pones en el mismo lugar del agresor y la situación se volverá peor
No responder con una risilla, ni dejar que las emociones te sobrepasen
👉🏼Vamos a plantear un tres técnicas sencillas que puedes poner en práctica:
1. Técnica del arrepentimiento:
Cuando una persona te insulte, emplea la siguiente fórmula para provocar que se arrepienta
Cuando me has dicho "X", me has hecho sentir "Y", ¿eso es lo que querías?
*con un tono neutro y a posteriori un silencio total hasta que el agresor responda
Ejemplo:
Marta acude con su familia a la notaría, porque ella y sus tres hermanos van a heredar terrenos y bienes debido al fallecimiento de su padre. Marta y su hermano Luis no se llevan bien, Luis siempre que puede se mete con ella. Una vez en la notaría, todos sentados, el notario dice en voz alta que el piso de Alicante queda a nombre de Marta, al decir esto, su hermano Luis dice en tono burlón: "le dejan el piso a ella porque no tiene con cuarenta años donde caerse muerta", los otros hermanos se ríen y ella contesta: "cuando me has dicho que no tengo donde caerme muerta me has hecho sentirme despreciada y humillada, ¿eso es lo que querías?" y se queda en silencio, sus hermanos se quedan callados y Luis se queda tenso, ante la mirada del notario y sus hermanos ya que la ha humillado delante de todos y le contesta: "eee, no, es que estás muy sensible..." Lo que ha hecho Marta es devolverle la humillación obligándole a arrepentirse, el agresor ante esta situación de tensión nunca admite lo que ha hecho y en el caso hipotético de que lo haga queda en mal lugar.
2. Técnica del "bienestar de la cabecita":
Esta técnica, la empleo mucho, no es apta para todas las situaciones, pero usada con perspicacia puede dejar al oponente completamente desvalido, desquebrajado y sobre todo ridiculizado.
Frase mágica: "Bueno, si con eso en tu cabecita te quedas más tranquilo, ya está".
Ejemplo:
Marta hace dos meses metió la pata y confesó la infidelidad de su amiga Laura a su marido Iván (Laura le está siendo infiel con un compañero de trabajo), como consecuencia Laura le recrimina siempre que puede lo que ha hecho diciéndole lo mala persona que es, Marta es muy amiga de Iván y en cierto modo no está de acuerdo con las continuas infidelidades, aunque ya ha pedido perdón por delatarla... Cuando intentan hablar, Laura vierte sobre Marta todo el malestar que tiene de una forma descomedida como una forma de aliviarse y eximirse de su culpa, Laura le dice: "eres una mala persona, eres la culpable de mi ruptura, yo podría seguir con mi relación, pero como eres lo peor, mira ahora", Marta le responde: "Bueno, si tú en tu cabeza te quedas tranquila pensando que soy una mala persona pasando por alto todo lo que has hecho, ya está". Laura al escuchar esta frase se queda irritada.
3. Técnica del "mal momento":
Esta técnica es muy útil para llamas telefónicas telefónicas, útil, educada y conclusa.
Frase mágica: "Ya veo que llamo en un mal momento..."
Ejemplos:
Silvia llama a la tintorería para preguntar si ya tienen su vestido listo a lo cual le responde una dependienta maleducada: "Lo trajiste hace dos días, ¿qué te piensas que no tenemos más trabajo que tu dichoso vestido?" Respuesta de Silvia: "Ya veo que llamo en un mal momento, probaré más tarde con tu compañera" y cuelga.
Sergio llama por teléfono al fontanero porque se le ha estropeado una tubería, al preguntarle el precio es obvio que el fontanero quiere aprovecharse a lo cual Sergio le contesta que no está interesado, el fontanero le dice: "¿Qué leches pasa? ¿Querías que te lo hiciera gratis?". Respuesta de Sergio: "Bueno, ya veo llamo en un mal momento, hasta luego" y cuelga.
