FRUSTRACIÓN

 El concepto de frustración se define como el sentimiento que experimenta el individuo cuando no puede satisfacer un objetivo determinado, ante este tipo de situaciones la persona suele reaccionar a nivel emocional con expresiones de ira o ansiedad. Considerando como un aspecto inherente a la vida del ser humano el hecho de asumir la imposibilidad de obtener todo aquello que uno quiere y en el momento que lo quiere, siendo el punto clave saber gestionar y aceptar esta discrepancia entre lo ideal y lo real. Así, el origen de la problemática no se encuentra en las situaciones externas en sí mismas sino en la forma en la que el individuo las afronta.

 La baja tolerancia a la frustración, más prevalente en la sociedad occidental por ser una sociedad basada en la inmediatez y la incapacidad de espera. Las personas que tienen una baja tolerancia a la frustración se caracterizan por tener un pensamiento rígido e inflexible, con escasa capacidad de adaptación a los cambios no programados. Por otro lado, suelen padecer multitud de distorsiones cognitivas, que como consecuencia les impiden lidiar con emociones desagradables como la tristeza, el enfado o el desamparo.

 Las personas con baja tolerancia a la frustración padecen muchas dificultades para controlar sus emociones, son impulsivas y exigentes a veces rozando la arrogancia, buscan satisfacer sus necesidades de forma instantánea, teniendo más facilidad de contraer cuadros ansiosos. Tienen una percepción de los límites establecidos como injustos, además son poco flexibles y tienen esquemas mentales rígidos con pensamiento dicotómico. Como son individuos que quieren las "cosas ya" se desmotivan con una gran facilidad, esto les lleva a dejar actividades a medias por no obtener la satisfacción desea rápidamente.

 Este perfil de personas suelen ir dadas por su temperamento, las condiciones sociales en las que se desarrolla, dificultades a la hora de expresar sus emociones, educación en la infancia donde no se establecen los límites o se es demasiado complaciente.

 La frustración se puede tratar con psicoterapia de forma muy satisfactoria, donde el paciente adquirirá una gran maduración en el campo emocional.