HOMBRES MALTRATADOS
En la sociedad del siglo XXI era más que necesario la igualdad de género en nuestra sociedad, en la que todos los ciudadanos pudiésemos disfrutar de los mismos derechos, oportunidades, salarios sin distinción... Con las leyes se ha hecho todo lo posible y se han dado muchas facilidades para la erradicación de la denominada violencia de género, algo sine qua non. No obstante, ¿qué sucede cuando es a la inversa?
En la actual ley de violencia de género el sujeto receptor de dicha violencia siempre ha de ser una mujer que haya tenido una relación sentimental con dicho hombre, además se contempla a los hijos. Cuando un hombre es maltratado por su mujer es un problema aparentemente inexistente en nuestra sociedad, las feministas radicales (llamadas de forma conversacional "feminazis") tienen un concepto del hombre como un ser teratológico o inferior, no conciben la masculinidad del varón como algo intrínseco y nato, siendo algo natural como que a un hombre le salga barba, algunas de ellas lo justifican como una mala construcción social, de hecho este tipo de mujeres suelen vivir como "indignadas" con el hombre y más que luchar por una sociedad igualitaria como he descrito en un principio, en su pretensión, la mujer debe de figurar en un puesto superior como forma de "compensación" por el daño recibido en tiempos pasados...
Volviendo a lo anterior, el maltrato al hombre existe, evidentemente se suele dar muy mayoritariamente en forma de maltrato psicológico, en pequeñas ocasiones se ha visto de forma física, como por ejemplo de una mujer a un minusválido, pero en un porcentaje muy bajo. Cuando se da el maltrato al hombre, la impotencia suele ser acentuada y se atreve a decirlo es objeto de mofa y burlas. El maltrato al que puede ser expuesto el hombre es razonablemente más variado y extenso, no obstante el número de hombres asesinados por sus mujeres es muy subordinado.
Los maltratos más típicos que sufre el hombre por parte de la mujer suelen ser:
1) El más doloroso, es intentar dejarles poco a poco al margen de la educación o cuidado de sus hijos, llevando a cabo tretas o simplemente usando de forma malévola las leyes actuales para reducir al máximo el tiempo que puedan pasar con sus hijos, también la ya denominada alineación parental...
2) El abuso económico: utilizar al hombre como "proveedor económico" en el hogar, conforme la mujer más dinero obtenga irá paralelo al afecto y atención a este, exigiendo cada vez más cuantía económica, poco a poco el hombre no podrá disfrutar o gestionar su salario, haciendo asfixiante la relación. Dentro de este apartado, también se puede incluir a aquellos hombres que para mantener la economía familiar dedican mucho tiempo a trabajar y esto es motivo de reproches excesivos.
3) Aislamiento de su círculo social y familiar de origen: conforme el matrimonio se perpetúa, la mujer empieza a exigirle pasar menos tiempo con sus amigos y con su familia, normalmente le hace ver que es tiempo perdido o es tiempo que podría dedicar a los quehaceres del hogar o con sus hijos...
4) Ridiculizar su virilidad: esto se puede dar de diversas maneras, como por ejemplo en las relaciones sexuales reírse de su rendimiento, de su aspecto físico, de su miembro viril, también cuestionar su orientación sexual, ser despectiva con sus actividades masculinas (típico de la feministas radicales).
5) Amenazas y denuncias falsas, frases como: "Como te ponga una denuncia por maltratos te voy a destruir delante de todos", "si no haces lo que quiero, te quitaré todo lo que tienes", frases de este tipo tan macabras, no son para nada infrecuentes en el perfil de la mujer maltratadora, donde la manipulación es insufrible.
Un caso de denuncias falsas por violencia de género, es el caso en Sevilla de Raquel Valle, quien se divorció en 2001 y empleó las facilidades que a día de hoy tienen las mujeres para denunciar el maltrato, inventándose agresiones físicas, testigos falsos e incluso un presunto sicario, conforme sus patrañas se iban esclareciendo se le fueron imponiendo multas que ella presuntamente no podía pagar por declararse insolvente, pero en enero del 2021 el juez ya ha determinado que en el plazo de dos años si no paga las sanciones y costes, tendrá que ingresar en prisión...
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