EL PERDÓN

 Saber perdonar es imprescindible para poder sanar muchas heridas y el dolor que arrastramos en la vida. Algunas personas dicen la mítica frase: "perdono pero no olvido", pero esto no es perdonar, decirle a una persona que la perdonas con palabras que no sientes de corazón tampoco no es perdonar, perdonar a veces requiere un fortísimo esfuerzo... A veces no sale a la primera, a la segunda, el dolor del ofendido puede ser muy fuerte.

 En las Sagradas Escrituras, el perdón conlleva la idea de «liberar», «arrojar lejos» o «soltar». La palabra griega que a menudo se traduce «perdón» se usó para indicar liberación de un oficio, obligación, deuda o castigo. La idea de una deuda o algo que se debe es inherente al concepto de perdón.

 Se divide en cuatro etapas:

⓵ La ofensa: el golpe, aquello que nos hiere, es el acto destructivo dirigido a dañarnos.

⓶La confrontación: después de sentir la punzada de la ofensa, la persona afectada comienza a actuar.

⓷El arrepentimiento: arrepentirse significa cambiar de parecer, el arrepentimiento no significa vencer el pecado y pasarlo a la historia. El arrepentimiento se refiere espe- cíficamente al cambio de corazón y mente necesario para que haya una verdadera variación en la conducta. Tenemos que hacerles ver a los ofensores el daño causado y aunque ellos no pueden recoger toda la sangre derramada en dolor, sí pueden ayudar a limpiar todo lo que han ensuciado y a posterori mostrar su arrepentimiento verdadero por la ofensa cometida, cuando una persona se arrepiente de corazón no justifica completamente la ofensa y confiesa toda su fechoría, si el ofensor ha muerto la clave puede ser la misericordia.

⓸El perdón: cuando perdonamos, quitamos los obstáculos a una relación de amor y honesta con la persona que nos ofendió. No se perdona de forma que se eliminen todas las consecuencias del daño ocasionado, pero sí para limpiar el rencor y la tentativa de venganza. Se restablece la relación.

✺ Aunque el coste del perdón es elevado tanto para el ofendido como para el ofensor, el precio bien vale el gozo de la restauración y la liberación que vienen gracias a la renovación de la relación e incluso podría fortalecer más el vínculo y crecer como personas.

El perdón es fundamental para liberarse del dolor, sin perdón no hay liberación, el rencor crea lazos de odio con la persona o cosa que provoca ese rencor y si no se perdona, la persona ofendida queda atada, cuando alguien tiene un rencor u odio hacia otra persona, y piensa en ella de una manera negativa, esa acción la mantiene aún más atada a la persona odiada. Esto no significa justificar el error, ¡no!, perdonar no es eso, es olvidar para siempre la acción negativa y liberarse de ese hecho. Tenemos que aprender a perdonar a las personas y  a perdonarnos a nosotros mismos. El sentimiento de culpa no es bueno, hace daño y lleva a la persona a permanecer con una sensación de opresión y atrapado en el error. Es necesario reconocer los errores y corregirlos, pedir perdón y arreglarlos, pero no quedarse con la culpa. Dedica un tiempo a pensar a aquellas personas que te han dañado a lo largo de tu existencia y si has podido perdonarlas... Tú decides.